jueves, 19 de febrero de 2009

Vuelve a funcionar "PERRERAC: La Canción, un Arma de la Revolución"

click to comment 

Se puede acceder usando la siguiente dirección: http://perrerac.org. Aunque el sitio aún está en pruebas, la sección de descargas ya está funcionando.

La Maquina de Tiempo, una revista de literatura: prosa

click to comment

 Icaro - Por Jaroslaw Iwaszkiewicz

 Los buitres - Por Oscar Cerruto

 El Pecado - Por Tadeusz Rozewicz

 Los Cuatro Desaparecidos - Por Thomas Wolfe

 Tres Rosas Amarillas - Por Raymond Carver

 Los Asesinos - Por Ernest Hemingway

 Una visión del mundo - Por John Cheever

 El Guardavía - Por Charles Dickens

 Micromegas - Por Voltaire

 El día no devuelto - Por Giovanni Papini

 La vendimia de Sodoma - Por Rachilde

 Arachné - Por Marcel Schwob

 El Monstruo Verde - Por Gerárd de Nerval

 Onnagata - Por Yukio Mishima

 ¿Por qué no pueden decirte el porqué? - Por James Purdy

 Historia de un muerto contada por él mismo - Por Alexandre Dumas

 Sin Mañana - Por Bernardo Kordon

 La mendiga de Locarno - Por Heinrich von Kleist

 Algo de Tolstoi - Por Tennessee Williams

 La Nada - Por Leonid Andreiev

 El Hombre Muerto - Por Leopoldo Lugones

 La Ley de los Espacios en Blanco - Por Giorgio Pressburger

 Volver - Por Antonio Di Benedetto

 La Tristeza - Por Anton Chéjov

 La intrusa - Por Jorge Luis Borges

 Manuscrito hallado en un bolsillo - Por Julio Cortázar

 La Mujer de Otro - Por Abelardo Castillo

 El Policía de las Ratas - Por Roberto Bolaño

 Se llama poesía todo aquello que cierra la puerta a los imbéciles - Por Aldo Pellegrini

 Recomendaciones a Sebastián para la compra de un espejo - Por Eduardo Gudiño Kieffer

 Los Tarmas - Por Isidoro Blaisten

 Un pueblo llamado Yumiura - Por Yasunari Kawabata

 El Ilustre Amor - Por Manuel Mujica Láinez

 Pobres Gentes - Por Leon Tolstoi

 Tan Triste como Ella - Por Juan Carlos Onetti

 Silencio - Por Clarice Lispector

 Un Modelo de Agricultor - Por Jules Renard

 Aceite de Perro - Por Ambrose Bierce

 Antes de la Ocultación - Por María Zambrano

 Una Modesta Proposición... - Por Johnathan Swift

 Matar a un Niño - Por Stig Dagerman

 Paolo Uccello - Por Marcel Schwob

 La Confesión - Por Manuel Peyrou

 Cox City - Por Guillaume Apollinaire

 Arriba del Agua - Por Jesús Gardea

 Bienvenido, Bob - Por Juan Carlos Onetti

 Vinum Sabbati - Por Arthur Machen

 Pájaro Azul - Por Rubén Darío

 Ser Polvo - Por Santiago Dabove

 La Obra Maestra Desconocida - Por Honoré de Balzac

 Conversación - Por Eduardo Mallea

 Agencia de Viaje - Por Eugène Ionesco

 El Duende de la Madera - Por Vladimir Nabokov

 El Palacio de las Bellas Durmientes - Por Yasunari Kawabata

 Una Noche de Eden - Cuento de Horacio Quiroga

 Las hermanas - por James Joyce

 El Río - por Julio Cortázar

 El Elixir de Larga Vida - por Honoré de Balzac

 El Fantasma - por Enrique Anderson Imbert

 El Heresiarca - por Guillaume Apollinaire

 La Vida Secreta de Walter Mitty - por James Thurber

 Felicidad Clandestina - por Clarice Lispector

 La Lluvia - por Eduardo Wilde

 Algo Había Sucedido - por Dino Buzzati

 La Desconocida del Sena - por Jules Supervielle

 Apunte Callejero - por Oliverio Girondo

 Cómo Escribo - por Italo Calvino

 El Tren - por Santiago Dabove

 ¿Cuanta Tierra Necesita un Hombre? - por Leon Tolstoy

 Transición - por Algernon Blackwood

 Elsa - por Felisberto Hernández

 Una Propiedad del Sueño - por Tomás Barna

 El Sacerdote - por William Faulkner

 El Abanderado - por Alphonse Daudet

 El Cerebro de un Agente de Policía - por Alfred Jarry

 Las Tres Carreras - por Marcel Schwob

 Cuento Azul - Por Marguerite Yourcenar

 El Dueño del Fuego - por Sylvia Iparraguirre

 Alí el Justo - por Judith Gautier

 Un Cuerpo de Mujer - por Ryunosuke Akutagawa

 Un Mensaje Imperial - por Franz Kafka

 En La Oscuridad - Por Antón Chejov

 Gaspar de la Noche - por Aloysius Bertrand

 Mi Reloj - por Mark Twain

 Un Cuento Memorable - por Alejandra Pizarnik

 El Hermano Mayor - por Abelardo Castillo

 ¿Fue un Sueño? (Ilustrado) - por Guy de Maupassant

 El Otro - por Jorge Luis Borges

 Dos Imágenes en un Estanque - por Giovanni Papini

 El Hombre que Ríe - por Jerome David Salinger

 Dentro y Fuera - por Hermann Hesse

 Los Nueve Billones de Nombres de Dios - por Arthur Clarke

 Carta a un Joven Poeta - por Rainer María Rilke

 Una Muerte Mental - cuento de Giovanni Papini

José Maria Parreño- Lluvia

click to comment

De todo lo que vuela y nos hace sufrir,
nada más compasivo y simple que la lluvia,
nada tan frágil y a la vez tan invicto
y nada con su misma promesa de frutos y verdor.
Mírala,
como un mar derrumbado,
como ruinas de una atmósfera de agua que existió.
Muchas veces me empapa de nostalgia y me hace nudos
que escuecen al tragar.
Será porque la lluvia
cubre bosques que has amado conmigo,
nos ha mojado juntos, imparcial, minuciosa,
en lejenas provincias junto al mar.
Y para siempre tendrás lo que te he dado,
de mi regalo nunca podrás huir
ni devolvérmelo.
Y cuando llueva, cada gota en tu cuerpo será un beso,
un beso que no pude nada a cambio,
que atravesará los impermeables, los paraguas,
diciéndote con su idioma monótono y dormido
que te quiero.

J. M. Cano - Sentía

 

Sentía mucho por ti y ahora,

que siento igual de mucho,

no lo sé dividir.

Sentía que no perdía nada,

buceando entre tus piernas

sin medir la brazada.

Se siente,

ahora juego de suplente;

que el que siente no presiente,

y de tanto que sentía,

no sentí que te perdía.

Yo sentía que sentía por tu carril.

Sentía la incauta miopía

de no ver tu perfil.

Te dabas para no dar la cara,

que me ibas dando cuerda

para que yo me ahorcara.

Yo sentía que sentía.

Se siente tu sonrisa disidente,

coqueteando con la mía,

a mandíbula batiente.

Soy un diente sin encía.

No me pidas que sonría.

Que estoy triste vida mía...

Álbum de fotos: Monasterios

Álbum de fotos : Liliana Sanches -alias Princess of Shadows

BBC 04 - El cuerpo humano - El universo del cerebro

Vídeo

BBB 03 - El cuerpo humano - Adolescencia, la rebelión hormonal

Vídeo

martes, 17 de febrero de 2009

Alessandro Baricco - Seda

click to comment

Permanece así, te quiero mirar, yo te he mirado tanto pero no eras para mí, ahora eres para mí, no te acerques, te lo ruego, quédate como estás, tenemos una noche para nosotros, y quiero mirarte, nunca te había visto así, tu cuerpo para mí, tu piel, cierra los ojos y acaríciate, te lo ruego, no abras los ojos si puedes, y acaríciate, son tan bellas tus manos, las he soñado tanto que ahora las quiero ver, me gusta verlas sobre tu piel, así, sigue, te lo ruego, no abras los ojos, yo estoy aquí, nadie nos puede ver y yo estoy cerca de ti, acaríciate señor amado mío, acaricia tu sexo, te lo ruego despacio, es bella tu mano sobre tu sexo, no te detengas, me gusta mirarla y mirarte, señor amado mío, no abras los ojos, no todavía, no debes tener miedo estoy cerca de ti, ¿me oyes?, estoy aquí, puedo rozarte, y esta seda, ¿la sientes?, es la seda de mi vestido, no abras los ojos y tendrás mi piel, tendrás mis labios, cuando te toque por primera vez será con mis labios, tú no sabrás dónde, en cierto momento sentirás el calor de mis labios, encima, no puedes saber dónde si no abres los ojos, no los abras, sentirás mi boca donde no sabes, de improviso, tal vez sea en tus ojos, apoyaré mi boca sobre los párpados y las cejas, sentirás el calor entrar en tu cabeza, y mis labios en tus ojos, dentro, o tal vez sea sobre tu sexo, apoyaré mis labios allí y los abriré bajando poco a poco, dejaré que tu sexo cierre a medias mi boca, entrando entre mis labios, y empujando mi lengua, mi saliva bajará por tu piel hasta tu mano, mi beso y tu mano, uno dentro de la otra, sobre tu sexo, hasta que al final te bese en el corazón, porque te quiero, morderé la piel que late sobre tu corazón, porque te quiero, y con el corazón entre mis labios tú serás mío, de verdad, con mi boca en tu corazón tú serás mío, para siempre, y si no me crees abre los ojos señor amado mío y mírame, soy yo, quién podrá borrar jamás este instante que pasa, y este mi cuerpo sin más seda, tus manos que lo tocan, tus ojos que lo miran, tus dedos en mi sexo, tu lengua sobre mis labios, tú que resbalas debajo de mí, tomas mis flancos, me levantas, me dejas deslizar sobre tu sexo, despacio, quién podrá borrar esto, tú dentro de mí moviéndote con lentitud, tus manos sobre mi rostro, tus dedos en mi boca, el placer en tus ojos, tu voz, te mueves con lentitud, pero hasta hacerme daño, mi placer, mi voz, mi cuerpo sobre el tuyo, tu espalda que me levanta, tus brazos que no me dejan ir, los golpes dentro de mí, es dulce violencia, veo tus ojos buscar en los míos, quieren saber hasta dónde hacerme daño, hasta donde tú quieras, señor amado mío, no hay fin, no finalizará, ¿lo ves?, nadie podrá cancelar este instante que pasa, para siempre echarás la cabeza hacia atrás, gritando, para siempre cerraré los ojos soltando las lágrimas de mis ojos, mi voz dentro de la tuya, tu violencia teniéndome apretada, ya no hay tiempo para huir ni fuerza para resistir, tenía que ser este instante, y este instante es, créeme, señor amado mío, este instante será, de ahora en adelante, será, hasta el fin.

Libro

Pink Floyd - The Wall

LINK

Pink Floyd - Animals

LINK

The Beatles 1988 - Past Masters

LINK

Espero curarme de ti



Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de
fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me
receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?
No es mucho, mi es poco, es bastante. En una
semana se pueden reunir todas las palabras de amor
que se han pronunciado sobre la tierra y se les
puede prender fuego. Te voy a calentar con esa
hoguera del amor quemado. Y también el silencio.
Porque las mejores palabras del amor están están entre dos
gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y
subversivo del que ama. (Tú saber cómo te digo que
te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame
agua", "¿sabes manejar?,"se hizo de noche"... Entre
las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he
dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te
quiero".)

Una semana más para reunir todo el amor del
tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú
quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No
sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para
entender las cosas. Porque esto es muy parecido a
estar saliendo de un manicomio para entrar a un
panteón.

Jaime Sabines....

El lado desconocido de los Beatles online

Sinopsis El lado desconocido de los Beatles online
Durante diez años estuvieron de gira por Europa y Estados Unidos, sumando 15 "number one", siete álbumes "best sellers", y 1.400 conciertos. Como dijo George Harrison, la gente buscaba una excusa para volverse loca, y los Beatles le dieron la excusa perfecta. Al alcanzar esta fama, los Beatles, rápidamente, establecieron una burbuja en la que vivirían para evitar todo el caos que les perseguía. Gracias a la amistad de sus amigos cercanos, pudieron controlar todo aquel ambiente ajetreado. En este programa, donde veremos testimonios de la gente que estuvo cerca de ellos, entrevistas íntimas, fotos e imágenes de archivo nunca vistas, conoceremos historias impactantes de los diez años del grupo, durante los que no sólo ellos, sino también el mundo, cambió

domingo, 15 de febrero de 2009

Carola Bratome – Mi cuerpo

click to comment 

Es una orilla mi cuerpo. La orilla de un río ensimismado. Un río que bordea sin rebasar. Una orilla en vilo. Como un pozo de aguas absortas, embebidas en sí. Un juego de subterráneas hecatombes. Pedrerías contenidas al filo de una precipitación.

Mi cuerpo es la orilla de un abismo. La eternidad de un instante arenoso. La duda de una precaria afirmación. Un significado con referencia oblicua.

Una letra, es mi cuerpo, la memoria de páginas reescritas, releídas. La voz de un precario olvido.

Mi cuerpo es el poema que no he escrito. El gran poema de la tarde. Un poema de significaciones acuosas, de líneas y rayas desmoronándose.

Es mi cuerpo el aliento de venideras estanterías, la infinitud de posibles anaqueles, y la persistencia de ubicuas bibliotecas. La escritura de Dios.

Es mi cuerpo la ávida memoria de otro cuerpo. La certeza del deseo, la habitación de los roces, la gravitación del delirio. Con mi cuerpo llego a otro cuerpo, a través de abismales inconstancias, en un juego de mínimas avenencias y de impredecibles entregas.

Llego a otro cuerpo con la persistencia ritual de la muerte y la tenaz amenaza de la vida.

Llego a otro cuerpo para conocer a Dios, para tener memoria de la obscuridad, y constancia de la luz.

Y mi cuerpo es sustancia de aquél. Aquél en el que mi cuerpo navega, bucea, ara, siembra su no destino, su inteligible palabra.

Es un mar mi cuerpo, una pequeña flor de sal, un molusco, lechoso, viscoso, jugoso. Es un río.”

Alexandre Dumas - La hermosa vampirizada

click to comment

Una noble dama, Edvige, expulsada de Polonia por reyertas políticas, debe refugiarse en los Cárpatos rumanos, y asilarse en el monsterio de Sabastru. Ya en las montañas es asaltada por una banda moldava, queda a resguardo del joven señor de la región, Gregoriska. Éste, su hermanastro —Kostaki, que comanda a los bandoleros de la zona—y su madre, la princesa Smeranda, dueños de la región, libran una sorda lucha centrada alrededor de Edvige.

Es Smeranda quien puede resumir con precisión la circunstancia que se vive en el castillo: "—Gregoriska, ..., bien sé que tú eres un Waivady por parte de tu padre, y él [Kostaki] un Koproli por parte del suyo, pero por parte de vuestra madre sois ambos de la sangre de los Brankovan. Sé que tú eres un hombre de ciudad occidental y él un hijo de las montañas orientales; pero por el seno que os llevó a ambos, sois hermanos."

Fruto de su segunda unión, la princesa Brankovan prefiere a Kostaki, fruto de la pasión, sobre Gregoriska. Por eso ella pretende que Edvige acepte los requerimientos amorosos de Kostaki, aunque por tradición sea Gregoriska quien debe gobernar el principado. Sin embargo, ajena a su influencia la bella Edvige y Gregoriska se descubren su amor y se expresan su deseo de matrimonio.

Ella prefiere la dulzura del mayor a la brutalidad de Kostaki, quien es visto por ella como un cruel salvaje. No obstante, evitará todo enfrentamiento con la castellana y buscará cumplir de manera cabal con la hospitalidad y protección que se le ha ofrecido.

El desenlace de la historia se precipita el mismo día de su boda, y víspera de su partida: Gregoriska la ha convencido de la conveniencia de huir al extranjero y abandonar todo para —lejos de toda rivalidad—, ser felices.

Libro

CHARLY GARCIA 87-93

LINK

sábado, 14 de febrero de 2009

Renee Fleming "Song to the moon" Rusalka Gala Tucker 91

 

Pilar Lorengar - Měsíčku na nebi hlubokém

 

Burgess Anthony - La naranja mecanica

click to comment

Alex y sus drugos viven en una Inglaterra futurista, en la que los jóvenes se divierten a base mediante peleas, asesinatos, palizas y violaciones. En una de sus múltiples noches de “ultraviolencia” Alex, el cabecilla de la pandilla, es detenido por la policía y llevado a prisión. Allí, con la intención de rebajar su condena, aceptará ser usado como conejo de indias para un nueva terapia que conseguirá, en teoría, acabar con la delincuencia.

Bajar libro

Luis Fernández - Si tuviera una vagina

click to comment 

Si yo tuviera una vagina.Y, digamos, esta noche tuviera una cita con “el hombre de mi vida” (forma muy común de etiquetar al sujeto del encuentro cuando se tiene vagina), tendría por ley que hacerme las dos preguntas fundamentales que me definirían como mujer. En primer lugar, tendría que mirarme largo y tendido en el espejo y afirmar: ¡estoy gorda!, y acto seguido abrir las puertas del closet y preguntarme: ¿qué me pongo? Esa noche, él hablaría de temas variados, fingiría estar interesado en conocerme mejor y en su mente rondaría el único objetivo de penetrar mi vagina. Yo tendría que imaginarme teniendo sus hijos y envejeciendo románticamente a su lado. Luego haríamos el “amor” o, al menos, eso tendría yo que creer. Finalizado el acto, y aunque la cosa dure escasos 13 minutos, y tenga que fingir el orgasmo, tendría que hacerle la segunda de las preguntas: ¿papi, tú me quieres? Él respondería con un monosílabo indescifrable, y yo pasaría la noche en vela convenciéndome de que no soy una “perra”. Al día siguiente esperaría ansiosa su llamada, y esperaría, y esperaría. Él nunca llamaría y yo comenzaría a desarrollar ese resentimiento crónico contra el hombre que unifica a toda fémina arrecha. Empezaría a crearme expectativas imposibles y cada día sería más y más difícil dar con nuevos “hombres de mi vida” hasta envejecer conspirando eternamente con otras mujeres arrechas... y solas. Y es que detrás de esas terribles preguntas aparentemente frívolas esta todo. “Estoy gorda” : no sirvo, no doy la talla, no soy lo suficientemente buena para merecer ser amada... "¿Qué me pongo?": Qué hago para que me quieran, De qué me disfrazo para que me acepte, Cómo lo convenzo de que puedo hacerlo feliz... "¿Papi, tú me quieres?": Me valoras, Te das cuenta de lo extraordinaria que soy, Puedes apreciar las virtudes que yo misma ignoro, Quiéreme, por el amor de Dios, aunque yo me deteste... Interrogantes que dan pie a consideraciones demasiado profundas y dolorosas para ser comprendidas en toda su dimensión por la mente básica de un macho. De modo que, si en verdad un día amaneciera y tuviera una vagina, y además tuviera la bendita cita (que ya no sería con el hombre de la vida de nadie sino con un carajo al que me provocó "dársela"), me miraría en el espejo y, pesara lo que pesara, me vería estupenda. Comenzaría por valorarme yo y no perdería el tiempo tratando de complacer tanto a terceros. Me pondría lo primero que encontrara en el closet y saldría a la calle sintiéndome divina. Con él, hablaría de fútbol, de cine y un poco de moda. No haríamos el amor, pero “tiraríamos” rico. Por supuesto no le preguntaría si me quiere porque, vamos a sincerarnos, yo a él tampoco lo quiero. Le pediría, eso sí, que no me llamara, que en todo caso yo lo “contactaría”. Al día siguiente habría olvidado su cara, su nombre y su mediocridad, continuaría mis días sin tener ni la más remota necesidad de “realizarme” como mujer, de casarme, de formar un hogar, del nefasto “para toda la vida” y todas esas zoquetadas sociales.
En fin, si tuviera una vagina...
¡sería una mujer cojonuda!

viernes, 13 de febrero de 2009

La boda

 

Película/Documental: Cortazar, de Tristan Bauer

 

Hace tiempo subí a youtube esta película/documental que Bauer realizó en honor a Julio Cortázar, y pese a la incomodidad del formato y a que está dividida en 9 partes, desde el primer día no ha cesado la gente de visitarla y comentarla. Como varios además me han contactado para preguntarme cómo hacer para bajarla completa, he decidido subirla a El Corsario.
Es una hermosa realización, en la que Bauer, además de contarnos parte de la vida de Cortázar, en una mirada más poética que histórica (usando para ello videos y grabaciones sonoras en que el mismo Julio nos cuenta sobre ella), también intercala la puesta en escena de fragmentos de algunas de sus obras (como Rayuela, el cuento Torito, etc.)
En mi opinión, este es un imperdible para aquellos que adoramos la obra de Don Julio Cortázar, para mi el más grande los escritores latinoamericanos.
Ojo: eso si, advierto que se trata de un TVRip que pillé hace algunos años en el emule (aunque conociendo a la mulita todavía debe estar por ahi). La calidad no es perfecta, pero se deja ver y escuchar bastante bien (mejor al menos que lo que tengo en youtube). No creo que haya DVD de esto, pero si por casualidad alguien lo tiene, o posee una mejor copia, ojalá y la compartiera. Estaría muy agradecido.

[[DESCARGAR ARCHIVOS]]:
Parte01 | Parte02 | Parte03 | Parte04
Parte05 | Parte06 | Parte07 | Parte08

Fuente

Gracias por fumar (Thank you for smoking)

 

 

El héroe de "Gracias por fumar" es Nick Naylor (Aaron Eckhart), portavoz jefe de las grandes tabaqueras, que se gana la vida defendiendo los derechos de los fumadores y los fabricantes de tabaco en la cultura neopuritana tan en boga hoy en día. Enfrentándose a los fanáticos de la salud que desean prohibir el tabaco y a un oportunista senador (William H. Macy) que pretende poner etiquetas con la palabra veneno en las cajetillas de cigarrillos, Nick emprende una ofensiva de relaciones públicas, refutando los peligros de los cigarrillos en programas de televisión y contratando a un agente en Hollywood (Rob Lowe) para que promueva el hábito de fumar en las películas. La nueva notoriedad de Nick llama la atención tanto del mandamás de la industria tabaquera (Robert Duvall) como de una reportera de investigación de un influyente diario (Katie Holmes). Nick dice que sólo está haciendo lo que debe para pagar la hipoteca, pero la creciente conciencia de su hijo (Cameron Bright) y una amenaza de muerte muy real podrían obligarle a ver las cosas de forma diferente.

La peli aquí

Antonio Muñoz Molina - Carlota Fainberg

click to comment

Dos hombres que sólo tienen en común la nacionalidad y que no volverán a verse nunca, mantienen un encuentro repentino en una sala del aeropuerto de Pittsburgh. Uno de ellos es Claudio, un profesor de literatura que se dirige a Buenos Aires a dar una conferencia, a quien Marcelo, extrovertido ejecutivo de una empresa que espera vuelo a Miami, cuenta una historia secreta que vivió en un hotel de Buenos Aires

Descargar

Luis Eduardo Aute - Mojándolo todo

  

Tendida,
con los muslos como alas abiertas,
dispuestas al vuelo.. me incitas, me invitas a viajar
por lácteas vías y negros agujeros
levemente desvelados
por tú mano que juega por pudores y sudores
enjugando entre pétalos de carne,
el estigma de tu flor más desnuda,
Mojándolo todo...
Volando por universos de licor.
Húmedas llamas
los labios que con tus dedos delicadamente
delatas, dilatas para mí,
mostrándome, obscena la cueva del milagro
por donde mana el líquido rayo de la vida,
incandescente fuente,
lechosa lava,
salpicaduras de agua profunda que inunda
Mojándolo todo...
volando por universos de licor.
Mi boca
besando tus labios incendiados
se dispone a beber en tu cáliz de polen y licor
y, entre zumos y zumbidos de olas y alas,
libidinosamente libar el néctar
de la flor de tus mareas...
lamiendo la miel salada que te fluye
y quema mi lengua que vibra, lasciva, entre savia y saliva
mojándolo todo...
volando por universos de licor
Mis alas
de cera batiendo combatiendo
tu fuego en oleadas de ardientes espumas y plumas
e Ícaro volando tan alto, tan alto...
que a punto de entrar en el jardín del Edén,
fundido su vuelo por tu derramado sol,
cae, como el ángel exterminado,
al mar de los naufragios,
mojándolo todo...
volando por universos de licor.

Tomás Segovia - Entre los tibios muslos te palpita…

click to comment 

Entre los tibios muslos te palpita
un negro corazón febril y hendido
de remoto y sonámbulo latido
que entre oscuras raíces se suscita;
un corazón velludo que me invita,
más que el otro cordial y estremecido,
a entrar como en mi casa o en mi nido
hasta tocar el grito que te habita.
Cuando yaces desnuda toda, cuando
te abres de piernas ávida y temblando
y hasta tu fondo frente a mí te hiendes,
un corazón puedes abrir, y si entro
con la lengua en la entrada que me tiendes,
puedo besar tu corazón por dentro.

Jean Paul Sartre - La Náusea

click to comment

La novela La náusea del francés Jean-Paul Sartre fue escrita por el filósofo existencialista a partir de 1932, aproximadamente. Inicialmente era para el autor una tentativa por encontrar una clarificación a uno de los temas que caracteriza sus etapas ideológicas y filosóficas: la contingencia. Su título no era La náusea sino Melancolía. Ésta, su primera novela, pudo haberse visto frustrada no solamente por la dispersión intelectual y los afanes investigativos del autor, así como por sus preocupaciones de tipo moral personal y su participación en el servicio militar, sino especialmente por su anhelo de lograr la creación de una obra en la que ampliaría en detalle su concepción sobre la contingencia. Fue Simone de Beauvoir, como lo narra en La plenitud de la vida, quien lo convenció de que abandonase esa larga y abstracta meditación sobre la contingencia, dándole al personaje central, Roquentin, una dimensión novelesca.

PDF

Eduardo Galeano - La náusea

click to comment 

Las bombas inteligentes, que tan burras parecen, son las que más saben. Ellas han revelado la verdad de la invasión. Mientras Rumsfeld decía: “Estos son bombardeos humanitarios”, las bombas destripaban niños y arrasaban mercados callejeros.

El país que más armas y más mentiras fabrica en el mundo desprecia el dolor de los demás. “Nosotros no contamos a los muertos”, contestó el general Franks, cuando alguien le preguntó sobre los daños colaterales, como se llaman los civiles que vuelan en pedazos sin comerla ni beberla.

Babilonia, la ramera del Antiguo Testamento, merece este castigo. Por sus muchos pecados y por su mucho petróleo.

Los invasores buscan las armas de destrucción masiva que ellos habían vendido, cuando el enemigo era amigo, al dictador de Irak, y que han sido el principal pretexto de la invasión. Hasta ahora, que se sepa, no han encontrado más que armas de museo, en muy desigual combate.

Pero, ¿son armas de construcción masiva los misiles gigantes que ellos disparan? Los invasores tienen a la vista las armas tóxicas y las armas prohibidas: las están usando. El uranio empobrecido envenena la tierra y el aire y los racimos de acero de las bombas de fragmentación matan o mutilan en un área que va mucho más allá de sus blancos.


En 1983, cuando los marines se apoderaron de la isla de Granada, la asamblea de las Naciones Unidas condenó, por abrumadora mayoría, la invasión. El presidente Reagan, respetuoso, comentó: “Esto no ha perturbado para nada mi desayuno”.

Seis años después, fue el turno de Panamá. Los libertadores bombardearon los barrios más pobres, fulminaron a miles de civiles, reducidos a 560 en la cifra oficial, y eligieron al nuevo presidente del país en la base militar de Fort Clayton. El Consejo de Seguridad, casi por unanimidad, se pronunció en contra. Los Estados Unidos vetaron la resolución, y se pusieron a trabajar en sus invasiones siguientes.

Las Naciones Unidas aplaudieron esas invasiones siguientes, o silbaron y miraron para otro lado. Y fueron las Naciones Unidas las que decretaron el embargo internacional contra Irak, que asesinó mucha más gente que la guerra de Bush Padre: más de medio millón de niños muertos, a confesión de parte, por falta de medicinas y de alimentos.

Pero ahora, oh sorpresa, las Naciones Unidas se han negado a acompañar la nueva carnicería de Bush Hijo. Para evitar que en las próximas guerras se repita este episodio de mala conducta, me temo, no habrá más remedio que contar los votos del Consejo de Seguridad en el estado de Florida.


No habían aparecido los primeros misiles en los cielos de Irak, cuando ya se había cocinado el gobierno de ocupación, democrático gobierno íntegramente formado por militares de Estados Unidos, y ya se estaba haciendo el reparto de los despojos del vencido. Todavía se sigue disputando el botín, que no es moco de pavo: los fabulosos yacimientos de oro negro, el gran negocio de la reconstrucción de lo que la invasión destruye...

Las empresas agraciadas celebran sus conquistas en las pizarras de la Bolsa de Nueva York. Allí está el mejor noticiero de la guerra. Los índices bailan al son de la carnicería humana.

En 1935, el general Smedley Butler había resumido así sus tres décadas de trabajo como oficial de marines: “Yo fui un pistolero del capitalismo”. Y había dicho que él podía dar algunos consejos a Al Capone, porque los marines operaban en tres continentes y Capone actuaba nada más que en tres distritos de una sola ciudad.


Y a mí qué tajada me va a tocar, se preguntan algunos miembros de la coalición. Pero, ¿qué coalición? Los cómplices de esta misión libertadora, que son cuarenta, como en el cuento de Alí Babá, integran un coro donde abundan los violadores de los derechos humanos y las dictaduras lisas y llanas. ¿Y desde dónde se ha lanzado la cruzada? ¿Dónde están ubicadas lasbases militares de Estados Unidos? Basta con echar una ojeada al mapa: esas monarquías petroleras, inventadas por las potencias coloniales, se parecen tanto a la democracia como Bush se parece a Gandhi.


Es una alianza de dos. Uno que crece, el imperio de hoy, y otro que encoge, el imperio de ayer. Los demás sirven el café y esperan la propina.

Esta alianza de dos por la libertad del petróleo, que Irak nacionalizó, no tiene nada de nuevo.

En 1953, cuando Irán anunció la nacionalización del petróleo, Washington y Londres respondieron organizando, juntos, un golpe de Estado. El mundo libre amenazado hizo correr la sangre y el sha Pahlevi, estrella de las revistas del corazón, se convirtió en el carcelero de Irán durante un cuarto de siglo.

En 1965, cuando Indonesia anunció la nacionalización del petróleo, Washington y Londres también respondieron organizando, juntos, un golpe de Estado. El mundo libre amenazado instaló la dictadura del general Suharto sobre una montaña de muertos. Medio millón, según los cálculos que más cortos se quedan. De cada árbol colgaba un ahorcado. Todos comunistas, aclaraba Suharto.

El siguió matando. Le quedó el tic. En 1975, pocas horas después de una visita del presidente Gerald Ford, invadió Timor Oriental y asesinó a la tercera parte de la población. En 1991 mató, allí, a unos cuantos miles más. Diez resoluciones de las Naciones Unidas obligaban a Suharto a retirarse de Timor Oriental “sin demora”. El, siempre sordo. A nadie se le ocurrió bombardearlo por eso, ni las Naciones Unidas le decretaron ningún embargo universal.


En 1994, John Pilger visitó Timor Oriental. Mirara donde mirara, campos, montañas, caminos, veía cruces. La isla, toda llena de cruces, era un gran cementerio. De esas matanzas, nadie se había enterado.

El año pasado, Ana Luisa Valdés estuvo en Yenín, uno de los campos de refugiados palestinos bombardeados por Israel. Ella vio un inmenso agujero, lleno de muertos bajo los escombros. El agujero de Yenín tenía el mismo tamaño que el de las Torres Gemelas de Nueva York. Pero, ¿cuántos lo veían, además de los sobrevivientes que revolvían los escombros buscando a los suyos?

Las tragedias conmueven al mundo en proporción directa a la publicidad que tienen.


Hay periodistas honestos, que cuentan la guerra de Irak tal como la ven. Algunos, lo han pagado con la vida. Pero hay periodistas disfrazados de soldados, que más bien parecen soldados disfrazados de periodistas, que ofrecen versiones adaptadas al paladar de las grandes cadenas de la desinformación globalizada.

¿Matanzas en los mercados llenos de gente? Fueron bombas iraquíes. ¿Civiles muertos? Escudos humanos que usa el dictador. ¿Ciudades sitiadas, sin agua ni comida? La invasión es una misión humanitaria. ¿Resistieron algunas ciudades mucho más de lo previsto? En la tele, se han rendido todos los días.

Los invasores son héroes. Los invadidos que les hacen frente son instrumentos de la tiranía: los acusan de defenderse.

La mayoría de los estadounidenses está convencida de que Saddam Hussein derribó las torres de Nueva York. También cree, esa mayoría, que su presidente hace lo que hace por el bien de la humanidad y por inspiración divina. Los medios masivos venden certezas, y las certezas no necesitan pruebas. Pero el mundo está harto de que una vez más lo obliguen a tragarse, cada día, los sapos de ese menú.


El país dedicado a bombardear a los demás países, que desde hace añares viene infligiendo al planeta una incontable cantidad de once de setiembres, ha proclamado la tercera guerra mundial infinita.

El presidente, que no fue a Vietnam gracias a papá y que sólo conoce las guerras de Hollywood, manda matar y manda morir.

No en nuestro nombre, claman los familiares de las víctimas de las torres.

No en nuestro nombre, clama la humanidad.

No en mi nombre, clama Dios.

jueves, 12 de febrero de 2009

Gerárd de Nerval - El Monstruo Verde

click to comment

1- El Castillo del diablo

Voy a hablarles de uno de los más viejos habitantes de París: se llamó en otro tiempo el diablo Vauvert.
De ahí surgió el proverbio: "¡Eso es en lo del diablo Vauvert! ¡Váyase al demonio Vauvert!" Es decir: Váyase… a pasear por los Champú-Elysées".
Los porteros dicen generalmente: "Está por lo del diablo verde", para expresar un lugar muy lejano. Esto significa que es necesario pagar muy cara la comisión que se les encarga. Pero es por otro lado, una frase viciosa y corrompida, como tantas otras familiares al pueblo parisino.
El diablo Vauvert (*) es esencialmente un habitante de París que perdura desde hace siglos, si uno cree en los historiadores. Sauval, Félibien, Sainte-Froix y Dulaure han contado largamente sus escapadas. (**)
Parece que en un principio habitó en el castillo de Vauvert que estaba situado en el lugar ocupado actualmente por el alegre baile de la cartuja, en el extremo del Luxembourg y frente a l´Observatoire, en la rue de l´Enfer.
Este castillo, de triste renombre, fue demolido en parte y las ruinas se convirtieron en una dependencia del convento de los cartujos en la que murió en 1414 Jean de la Lune sobrino del antipapa Benedicto XIII. Jean de la Lunes fue sospechoso de haber tenido relaciones con cierto diablo, que podría haber sido el espíritu familiar del viejo castillo de Vauvert, ya que, como se sabe, cada uno de esos edificios feudales tenía su diablo.
Los historiadores no nos han dejado nada preciso sobre esta fase interesante.
El diablo Vauvert da que hablara nuevamente en la época de Luis XIII.
Durante mucho tiempo se había oído, todas las noches, un gran ruido en una casa hecha con los restos del antiguo convento, cuyos propietarios estaban ausentes desde hacía años, cosa que asustaba mucho a los vecinos.
Avisaron al lugarteniente de policía, que envió varios guardias.
¡Cuál no sería la sorpresa de estos militares al escuchar…

El Monstruo Verde. pdf

Oscar Acosta - Formas de amor

click to comment


"Niña invicta,
te he visto ya en las onzas españolas"
Medardo Mejía.

Mis manos tocan, niña mía, tu rumorosa piel,
tu dulcísima carne que tranquilos ángeles habitan,
tu cabellera suave,
tu corazón pequeño.
Oye la campana del día
apagando el luto de la noche
mira la luz que silenciosamente nos cubre,
mira el cielo:
ese jardín sobre tu pecho;
respira el aire quieto
que el ruiseñor anuncia con su lanza,
conduce tu desamor
a un lago sepultado
y háblame con tus labios excelsos.
Llegué a sentir sobre las manos
el agua efímera,
el verano derribando sus torres,
el abismo cerrando sus ventanas,
el fruto abandonado,
el mar abriéndose las venas,
el fuego hundido,
hasta que tú, niña mía,
perfecta virgen repetida,
me entregaste tu rostro.
Veo de cerca la copa
confusa de las aguas,
busco tu claro nombre entre las rosas,
tu dulzura en la esencia de los árboles,
tu vigilia en el beso,
tu olor en los duraznos,
tu luz en el rocío
y me doy cuenta sorprendido
que todo me lo traes, niña mía,
con tu mano sagrada

El cuerpo humano con PIPO

click to comment

El cuerpo humano con Pipo enseñará a los niños y niñas entre 5 y 12 años a explorar y descubrir cómo funciona nuestro organismo.

En este título, se explican todos los sistemas (circulatorio, muscular, nervioso, óseo, digestivo, respiratorio, etc.) así como las partes del cuerpo y los cinco sentidos.

Los temas se desarrollan siguiendo nueve clases de juegos y actividades como relacionar palabras, colocar textos e imágenes, puzzles, tests o completar frases entre otros.

Con "El cuerpo humano con Pipo" los niños descubrirán de manera fácil y divertida su propio cuerpo, gracias a las explicaciones sencillas, los esquemas, las ilustraciones y los juegos. Entenderán porqué necesitan comer o dormir, para qué sirven los huesos o cómo somos por dentro mientras juegan con su simpático amigo.

Contenidos generales:

  • "El cuerpo humano con Pipo" contiene 14 temas que tratan todos los sistemas, las partes del cuerpo, los sentidos y la nutrición.
  • Ayudas (F1) que facilitan el uso del programa.
  • Aprendizaje individualizado y seguimiento del alumno mediante un control de progresos muy divertido (F9).
  • Hojas de ejercicios personalizadas y configurables que pueden imprimirse.
  • Contiene 9 clases diferentes de juegos.
  • Las actividades son adaptables al ritmo infantil y están estructuradas en distintos niveles de dificultad.
  • Incluye guía didáctica para padres y educadores.

zSHARE - El Cuerpo Humano con Pipo

RAPIDSHARE – PARTE 1

RAPIDSHARE – PARTE 2

Guia

Poema 20



Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda...

Tú sabes




(...) Aunque me sepas, ¡mírame!
¿Y si yo no pudiera?
¿Si al buscarme,
me desmoronara. los desconociera,
¡tus ojos, ellos, sobre mí, como una brizna de calor!
y dejáramos de ser?
Ellos, sobre el mundo.
No nos importará repasar el camino,
andarlo y andarlo.
No me importará.
Ni la noche. Ni el mar que nunca duerme.
Ni ese dolor difuso de las cosas.
Ni un casi aliento imperceptible de espacios vacíos.
Ni ese tu «poco más» al que temo y abrazo
con todas mis fuerzas,
como si fuera un zumo mío que yo quisiera exprimir
para fugar en él
toda esta carne dolorosamente viva,
todo este corazón, miembro a miembro, ganado.
Porque era meta deseada y única!
Pero mi corazón está aquí, sin ellos, ¡mío!,
dándome soledad,
retorciéndose a cada muerte, a cada engaño,
queriendo engendrarse hijos que no se le mueran,
y odiándome porque se los destruyo si los nace.
se los destruyo después de haberlos amado
hasta preferir que mueran.
El sentirlos vivir es esta angustia, Señor,
esta extrañeza de mí, de los otros, del mundo,
es lo que balbuceo enajenada:
lenguaje del primer hombre que ya quiso desprenderse.

Ana Inés Bonnin....

miércoles, 11 de febrero de 2009

Fragmento de una Carta (Henry Miller)

click to comment

He hundido la cabeza entre la fronda oscura de tu sexo, y allí quiero perderme. Quiero apresar en mi boca ese rescoldo terso y abultado, esa rosa carnal, pulsante, mínima, que hiere desde lejos. La tomo entre los labios con esmero, y dejo que mi lengua la vaya acariciando, muy despacio al principio, con más brío después. A veces, cuando siento más hondo tus gemidos, me detengo un instante para besar los pliegues ya entibiados, el dintel de la gruta que se adentra en lo oscuro…
No me sacia tu fruto más sabroso. Me basta escuchar tus gemidos. Quiero oír las palabras más sucias manchando tus labios. Soy un perro encarcelado lamiéndote el coño, un animal que ansía tu vulva estremecida, tus muslos oscilantes, tus piernas como esbeltas lianas de blancura. Tu sexo es ya un torrente que fluye por mi boca, una brasa muy dulce desgajada del día, tu sexo es una gema cegadora y terrible, que arrastra el oleaje creciente de los astros...

Sucesiva... (Gerardo Diego)

click to comment

Déjame acariciarte lentamente,
déjame lentamente comprobarte,
ver que eres de verdad, un continuarte
de ti misma a ti misma extensamente.
Onda tras onda irradian de tu frente
y mansamente, apenas sin rizarte,
rompen sus diez espumas al besarte
de tus pies en la playa adolescente.
Así te quiero, fluida y sucesiva,
manantial tú de ti, agua furtiva,
música para el tacto perezosa.
Así te quiero, en límites pequeños,
aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa,
y tu unidad después, luz de mis sueños.

Arachné - Por Marcel Schwob

click to comment

 

Antología del Decadentismo
Caja Negra Editora, 2007

versión: Claudio Iglesias

Her waggon-spokes made of long spinners'legs;
The cover, of the wings of grasshoppers;
Her traces of the smallest spider's web;
Her collars of the moonshine's watery beams...

SHAKESPEARE, Romeo and Juliet (1)

   Ustedes me llaman loco y me han encerrado aquí, pero yo me río de sus precauciones y de sus terrores, ya que seré libre cuando yo quiera; huiré lejos de los guardias y de las rejas andando el hilo de seda que me lanzó Arachné (2). Pero aun no llegó la hora -falta poco, sin embargo; mi corazón va apagándose lentamente, mi sangre palidece. Ustedes, que ahora me creen loco, pronto me creerán muerto, y yo estaré colgando del hilo de Arachné, columpiándome más allá de las estrellas.
   Si estuviera loco, no tendría una conciencia tan clara de lo que ha ocurrido; no recordaría con tanta nitidez lo que ustedes llaman mi crimen, ni los alegatos de sus fiscales, ni la sentencia de su juez cobrizo. No me reiría de los informes de sus médicos ni vería a través del techo de mi celda el rostro lampiño, el saco negro y la corbata blanca del idiota que me declaró inimputable. No... no lo vería, pues los locos no tienen ideas precisas; en cambio, yo sigo mis razonamientos con una lógica tan rigurosa y una claridad tan extraordinaria que me sorprendo a mí mismo. Y los locos sienten dolor en la parte superior del cráneo. Los desgraciados creen que columnas de humo les brotan remolineando del occipucio, mientras mi cerebro es tan ligero que a veces me parece tener la cabeza vacía. Las novelas que he leído, y que solían provocarme placer, las abarco ahora de un golpe de vista y las juzgo en su exacto valor, descubriendo cada defecto de composición, mientras la simetría de mis invenciones es tan perfecta que ustedes caerían desmayados si yo se las expusiera.
   Pero los desprecio a ustedes infinitamente; no sabrían comprenderme. Sólo les dejo estas líneas como último testimonio de la inmensa sorna que me inspiran y para que vean su propia locura cuando encuentren mi celda vacía.
   Ariane, la pálida Ariane junto a quien he sido encontrado, era bordadora. He ahí la causa de su muerte. He ahí, también, la causa de mi salud. Yo la amaba con una pasión intensa. Era morocha de piel y ágil con los dedos. Sus besos eran puntazos de aguja; sus caricias, bordados palpitantes. Pero las bordadoras llevan una vida tan liviana y tienen caprichos tan inconstantes que quise que abandonara su oficio. Ella se resistió, y yo me exasperé al ver a los jóvenes engominados y melindrosos que la acechaban a la salida del taller. Mi furia era tal que me forcé a sumergirme de nuevo en los estudios que me habían hecho feliz.
   Me obligué a examinar el vol. XIII de las Asiatic Researches, publicado en Calcuta en 1820. Maquinalmente comencé a leer un artículo sobre los Phansigar, el cual me llevó, a su vez, a los Thugs (3).
   El capitán Sleeman ha escrito profusamente sobre los Thugs. Pero fue el coronel Meadows Taylor quien develó el secreto de su modo de asociación (4). Estaban unidos entre sí por lazos misteriosos y servían como domésticos en casas de campo. Al caer la tarde, narcotizaban a los patrones con una decocción de cáñamo. De noche, trepando a lo alto de los muros, deslizándose a través de las ventanas abiertas a la luna, estrangulaban silenciosamente a los dueños de casa. Las cuerdas que usaban también eran de cáñamo, con un gran nudo practicado a la altura de la nuca para matar más rápido.
   Así, mediante el cáñamo, los Thugs anudaban el sueño a la muerte. La planta que da el haschich, con el cual los ricos los embrutecían -como con el alcohol y el opio-, era el medio de su venganza. Entonces se me ocurrió inmediatamente que, castigando a mi bordadora Ariane con la seda, la ataría a mí en la muerte, por toda la eternidad. Y esta idea, incuestionablemente lógica, se convirtió en el objeto resplandeciente de todos mis pensamientos. No pude resistirme. Cuando ella apoyó su cabeza sobre mi cuello para dormirse, le pasé alrededor de la garganta, con mucho sigilo, una cuerda de seda que había tomado de su costurero. Y, estrechándola lentamente, bebí su último aliento en su último beso.
   Así nos han encontrado, boca contra boca. Y han creído que yo estaba loco y que ella estaba muerta. Pero ignoran que ella está siempre conmigo, eternamente fiel, pues ella es la ninfa Arachné. Día tras día, aquí, en mi celda blanca, ella se me aparece en la forma de la araña que teje su tela arriba de mi lecho, pequeña, morocha y ágil con las patas.
   La primera noche, bajó hasta mí a lo largo de un hilo; suspendida sobre mis ojos, bordó alrededor de mis pupilas un encaje sedoso y oscuro con reflejos tornasolados y flores luminosas de color púrpura. Y en seguida sentí junto a mí el cuerpo nervioso y rollizo de Ariane. Me besó el pecho, a la altura del corazón, y grité de dolor. Nos abrazamos largo rato, sin decirnos nada.
   La segunda noche, extendió sobre mí un velo fosforescente salpicado de estrellas verdes y círculos amarillos, recorrido por puntos brillantes que se disparaban y jugaban entre sí, que aumentaban y disminuían de tamaño y titilaban en lo lejano. Y, arrodillada sobre mi pecho, me tapó la boca con la mano; en un largo beso al corazón me mordió la carne y succionó mi sangre, hasta llevarme al vacío del anonadamiento.
La tercera noche me vendó los párpados con una gasa de seda mahrata en la que bailaban arañas multicolores de ojos centelleantes. Me cerró la garganta con un hilo infinito. Violentamente llevó mi corazón a sus labios, atravesando la herida. Entonces se deslizó por mis brazos, hasta llegar a mi oreja y murmurarme: "soy la ninfa Arachné".
Claro que no estoy loco. He comprendido que mi bordadora Ariane era una diosa mortal, y que fui elegido por el destino para salvarla del laberinto de la humanidad por medio de su hilo de seda. Y ella me agradece que la haya liberado de su crisálida humana. Con mucho cuidado envolvió mi corazón, mi pobre corazón, en su hilo viscoso, anudándolo con mil nudos. Todas las noches estrecha las costuras entre las cuales ese corazón humano se reseca como el cadáver de una mosca. Eternamente unido a Ariane quedé al estrangularla con su hilo de seda. Y ahora Araché me enlazó a ella para toda la eternidad al atarme el corazón.
   Por ese puente misterioso visito a medianoche el Reino de las Arañas, cuya reina es Arachné. Me es necesario atravesar ese infierno para poder columpiarme, luego, bajo la luz de las estrellas.
   Las Arañas de los Bosques andan allí con ampollas luminosas en las patas. Las Migalas tienen ocho terribles ojos brillantes; con sus pelos hirsutos se me vienen encima en los recodos de los caminos. A lo ancho de los pantanos en los que tiemblan las Arañas del Agua, sobre sus inmensas patas de Segadora, soy arrastrado a los valses vertiginosos que bailan las Tarántulas. Las Epeiras me acechan desde el centro de sus círculos grises atravesados de rayos, y fijan en mí las innumerables facetas de sus ojos, fascinándome como un juego de espejos para cazar alondras. Al recorrer los bosquecillos, telarañas pringosas me hacen cosquillas a lo largo del cuerpo; monstruos peludos de patas rápidas me esperan, agazapados en la espesura.
   La reina Mab es menos poderosa que mi reina Arachné, que puede hacerme rodar en su carro maravilloso que avanza a lo largo de un hilo. Su tórax está hecho del duro caparazón de una gigantesca Migala adornada de cabujones de mil facetas entallados en sus ojos de diamante negro. Sus ejes son las patas articuladas de una Segadora gigante. Sus alas transparentes, atravesadas por nervaduras rosáceas, la elevan golpeando el aire con su rítmico batir. Nos columpiamos durante horas; luego me desvanezco, agotado por la herida de mi pecho en la que Arachné hurga sin cesar con sus labios puntiagudos. En mi pesadilla veo, inclinados sobre mí, vientres cargados de ojos innumerables y huyo de patas rugosas llenas de hilo muy fino.
   Ahora siento con claridad las dos rodillas de Arachné que se deslizan sobre mi pecho y escucho el gorgor de mi sangre que asciende hasta su boca. Pronto mi corazón será un residuo; así quedará encerrado en su prisión de hilos blancos, y yo huiré, a través del Reino de las Arañas, hacia el entramado deslumbrante de las estrellas. Por la cuerda de seda que me tendió Arachné escaparé con ella, dejándoles a ustedes, pobres locos, un cadáver descolorido con un mechón de cabellos rubios que el viento de la mañana hará estremecer.

"Arachné", publicado originalmente en Cœur double (1891).

_________________
Notas:
1.- "Los rayos de las ruedas de su carroza están hechos de largas patas de araña; la cubierta, de alas de saltamontes; las riendas, de finísima tela de araña; los arneses, de húmedos rayos de luna". En este pasaje del texto shakespeareano (I, IV) Mercucio describe el carro de la reina Mab, que viaja en él por las noches llevando los sueños a los durmientes [N. del T.].
2.- En la mitología clásica, Arachné es una joven libia que desafía a Atenea en el arte del bordado de tapices, en el que ambas son expertas. La diosa, enfurecida al ver la maestría de su rival, hace pedazos su trabajo. Arachné entonces se cuelga y Atenea la convierte en araña [N. del T.].
3.- Phansigar, Thuggee y Thagi son otros tantos nombres para la sociedad criminal de los Thugs, destinada al culto de Cali, diosa brahmánica de la destrucción y el anonadamiento [N. del T].
4.- Se refiere al libro Confessions of a Thug de Phillip Meadows Taylor (1839). Aunque pueda parecer erudita, esta mención a la literatura crítica sobre los Thugs refleja el expandido interés que las sectas criminales de la India despertaron en Europa en el siglo XIX. El libro de Meadows Taylor, de hecho, fue un éxito de ventas [N. del T.].

50 Stunning Underwater Photos

BSO MOULINE ROUGE

LINK

BARRY WHITE LOVE SONG

LINK

Redes 22: Flipar en colores (29 minutos)

Descargar vídeo

Arte en papel


¡Tus propias imágenes en una Slideshow para MySpace, Facebook, orkut o tu página web!mostrar todos los imagenes de esta slideshow

martes, 10 de febrero de 2009

Fotografías bajo el agua

Rachilde - La vendimia de Sodoma

click to comment

"Les vendanges de Sodome", publicado originalmente en Le Démon de l'absurde (1894) A Maurice Maeterlinck Al amanecer la tierra exhalaba humo como una bodega llena de mosto infernal, y la viña centelleaba bajo un sol naciente y ya feroz en el centro de la meseta inmensa, un sol púrpura de cabellera abrasiva que hacía fermentar a los racimos inmaduros cuyos frutos insólitamente grandes tomaban reflejos de ojos desquiciados, negrísimos, salidos de sus órbitas. Brotando del fondo de un abismo de betún hirviente, esta viña extendía su follaje de oro y sangre, de una exuberancia monstruosa, y sus ramas locas se curvaban como metales preciosos en plena fusión alrededor de las uvas amontonadas en masacotes de arcilla blanda, arcilla rubia, tierra carnal extraordinariamente roja exhalando perfume de savia fresca mezclado con pestilentes vahos cálidos. Similar a una bestia demasiado prolífica, que ninguna atadura debe obstaculizar en las horas dolorosas del parto, la viña se enroscaba en el suelo en convulsiones atroces, escupiendo guirnaldas furiosas y tendiendo sus brazos implorantes al sol, pareciendo sufrir y delirar a la vez de un goce culpable y paradisíaco, mientras su pulpa recalentada la desbordaba, inundándola de un rocío de lágrimas espesas. Sus ramas engendraban frutos prodigiosos de un tono castaño brillante y aterciopelado, misteriosa explosión de betún mortal con los característicos ribetes acarbonados, matices de almíbar infernal destilado en las violencias de un volcán. Y de algunos racimos podridos, de sus frutos abiertos con heridas de labios escarlata, corría un licor dulce y abominable que embriagaba a las abejas... Seguir Leyendo...